lunes, 9 de junio de 2008

Integración femenina

El tema de las mujeres nazarenas es, y lo primero que hago es poner el parche, un tema bastante espinoso. Y si pretendo hacer unas reflexiones sobre el mismo ya soy consciente de que puede que me esté metiendo en un jardín.

La mujer, sin duda, debe tener los mismos derechos en las hermandades. Pero durante muchos años esto no fue así. Es más, aún quedan hermandades de nuestra Semana Santa que no recogen en sus reglas esta posibilidad. Y eso a pesar de que las Normas Diocesanas así lo disponen, pero la postura de nuestro prelado, fray Carlos Amigo, respecto a la implantación de las normas ha sido y es muchas veces ambigua. No se entiende muy bien que se dicten unas normas y que se admitan a trámite para su aprobación unas reglas que no se van a aprobar. No sé si las hermandades demuestran obstinación o una torpeza cercana a la necedad al presentar unas reglas que saben no van a ser aprobadas.

Pero lo que me gustaría cuestionar es si la inclusión de las mujeres nazarenas no ha sido un tema muchas veces manipulado. Dicho de otro modo, ¿se ha utilizado a las nazarenas en el mundo de las hermandades? Yo creo que en más de una ocasión ha sido así.

Mi impresión es que las primeras hermandades que admitieron a las mujeres nazarenas lo hicieron movidas más por incrementar un reducido número de nazarenos que por un afán integrador. Los Javieres, que hacía pocos años que había estrenado palio y necesitaba aumentar su cuerpo de nazarenos, creo puede ser buen ejemplo. Y la Redención, San Esteban o Santa Marta que sin duda han experimentado un desarrollo espectacular en cuanto a los hermanos que visten túnica desde entonces, triplicando el número desde entonces.

Posteriormente casi todas las hermandades (solo casi) han ido admitiendo las mujeres nazarenas, pero creo que en una gran mayoría lo hicieron al ver una posibilidad económica para las mayordomías. Y las que lo han hecho en los últimos años en muchas ocasiones debido a la presión mediática.

En el asunto del recurso de la hermandad del Baratillo creo subyace un punto misógino de quien en aquella época gobernaba la hermandad. Misoginia que subsiste en más de una corporación. Recuerdo que tuve que hacer un ejercicio de fe para creer que cuando se llevó a cabildo el tema en la Quinta Angustia, según se informó, hubo unanimidad en el voto en contra (incluyendo el voto de las mujeres que asistían y participaban). En los últimos tiempos incluso se ha usado como arma electoral entre los candidatos en la hermandad de Pasión (creo que el Sr. Criado ya tuvo ocho años para adaptar sus reglas).

Lamentablemente la inclusión de las nazarenas no ha llevado consigo en la mayoría de los casos una total integración de la mujer en el gobierno de las hermandades. La mayoría de los cargos que han ocupado han sido cargos secundarios (dicho sea sin querer menospreciar a nadie); casi no hemos podido ver una mayordoma o una secretaria. Incluso la primera teniente de hermano mayor que hubo, y que lo fue en las Aguas, conociendo un poco la personalidad del que fue su hermano mayor, el hecho respondió más a un gesto cara al público y con claro interés mediático.

Creo que las hermanas han estado integradas en la vida de las hermandades aunque quizás en otras labores (y no es mi intención que se interprete como un cometario machista). El salir de nazareno es un derecho que no puede serles negado. Lo que sería deseable es que este movimiento integrador no se quede en el derecho a salir de nazarena. Habría que ir más allá y que verdaderamente se integraran en la vida y el gobierno de las hermandades, luchar para que no sea coto cerrado de hombres. Esto no es tarea fácil y las hermandades, que en la mayoría de las ocasiones son reflejo de la sociedad, no lo iban a ser menos en este asunto. Basta que nos planteemos en qué proporción las mujeres ocupan puestos directivos en las empresas. Posiblemente todo caerá por su propio peso con el paso del tiempo, pero no pongamos obstáculos y no dejemos que manipulen o utilicen el asunto.

9 comentarios:

Antonio dijo...

No lo veo espinoso ni conflictivo. Mujeres al mismo nivel que los hombres. Ya está.

Saludos
Antonio

Moe de Triana dijo...

¡Mú buenas!

Estoy con Antonio, me alegra ver como con el paso del tiempo se le va devolviendo a las mujeres su sitio dentro de las cofradias, aunque ni siquiera debería de ser noticía algo así, debria de tomarse como algo natural.

En la actualidad, es un número muy considerable de hermandades la que permiten hacer a las mujeres Estación de Penitencia, y no pienso que en la mayoria de casos se hayan admitido para ganar votos o engrosar las filas nazarenas...Aunque algún espabilao lo haya hecho en alguna ocasión con esas chungas intenciones.

Para mi prohibirles vestir la túnica a las mujeres, es comparable a no dejar vestir la túnica a alguien por ser der Beti o ser del Sevilla, una discriminación al fin y al cabo.

A mí lo que me mata es escuchar a esos que dicen que la Semana Santa "de toda la vida de Dió", ha sido cosa de hombres, cuando en la Hermandad del Silencio, Madre y Maestra, las mujeres han llegado a tener su sitio en el cortejo...

¡Un saludasso Nicodemo!

P.D: Te agrego a mi bló miarma.

Unknown dijo...

Totalmente de acuerdo con Nicodemo. Sobre todo en el tema de la manipulación.

Desde mi punto de vista, al principio, es decir, las hermandades "pioneras" en la admisión de mujeres, claramente vieron en ellas un filón para aumentar su nómina de hermanos. De hecho, por la época en que se abrió esta posibilidad tengo amigas que se metieron en San Esteban o Los Panaderos por el simple hecho de salir de nazarenas.

Entre medias creo que hay una época de transición en que las hermandades admitían nazarenas según principios, la parte a mi juicio menos manipulada y manipulable.

Y totalmente de acuerdo en que los últimos tiempos el factor determinante ha sido claramente la presión mediática; de hecho, que la Macarena dejara salir nazarenas ha sido clave para la inclusión de la mujer en las estaciones de penitencia.

Respecto al último apartado, de nuevo mi acuerdo es pleno; la integración no será plena hasta que no haya mujeres en juntas de gobierno u ocupando cargos importantes, mas allá del de diputada de tramo que parece ser lo máximo conseguido hasta ahora.

Como bien dices, todo caerá por su porpio peso, aunque en algunas hermandades va a ser bastante difícil.

Saludos.

Zapateiro dijo...

La quid de la cuestión lo estáis apuntado todos: ni esto debería ser una noticia, ni debería ser un tema espinoso.

A mi me da vergüenza que Hermandades "señeras" de nuestra ciudad sigan discriminando y saltándose normas diocesanas (por no ir más allá, porque si me apuras van contra el mismísimo mensaje de Jesús)a diestro y siniestro por querer aparentar ser símbolos del clasicismo sevillano. ¡Y una mier..!, con perdón.

Y el lo último también estoy totalmente de acuerdo, no tiene sentido que supuestamente se abogue por la igualdad en las hermandades y que después, a la hora de la verdad, sólo den cargos de menor importancia a alguna mujer, más que nada para figurar.

A ver si algún día se deja de hablar de esto. Será la mejor noticia.

Un saludo.

Javier Macías dijo...

Muchas gracias y tu blog también es muy interesante.
Me gustaría poner un contador como el tuyo pero no soy capaz. ¿Podrías decirme cómo lo has hecho? Un saludo

www.memorias-de-sevilla.blogspot.com

Roberto Villarrica dijo...

Coincido con Antonio, bajo mi punto de vista no hay más que hablar sobre la integración de las mujeres.

Ahora bien, sí conviene hablar de ciertas Hermandades que no integran a nadie, convertidas en cotos cerrados o clubs secretos, donde la mirada de arriba a abajo es el primer recibimiento al que no es habitual. Tan cierto como lamentable.

Un saludo

Diego Romero dijo...

Es intolerable que a estas alturas de la historia este tema sea noticia.
Y no sólo creo que en el pasado más cercano se haya utilizado la incorporación de la mujer a la vida de la hermandad o su inclusión en la nómina de la cofradía como gancho electoral; sino que creo que se sigue haciendo hoy en día.
Esperemos que el tiempo vaya poniendo las cosas en su sitio. Pero entre todos, procuremos que ese tiempo sea lo más corto posible.

Un saludo.

NICODEMO dijo...

Gracias por los comentarios. El tema sin duda no debería ser espinoso, pero en algunos aspectos sí lo ha sido o lo es aún. Sobre lo que dice Moe, qué decir de una ciudad que es especialista en inventar las tradiciones "de toda la vida de Dió", incluida la Madre y Maestra. Y estoy de acuerdo con Roberto. Muchas hermandades son cotos cerrados, pero no solo para las mujeres, si no para cualquiera sin 'pedigree' dentro de la propia hermandad. Y esto es algo que no favorece la integración. Por prudencia cofrade no nombraré ninguna, pero 'haberlas haylas'.
La integración de la mujer (qué pena tener que tratar estos temas aún) no debe quedarse sin duda en salir de nazarena. Se tiene que luchar más incluso para ello porque si no se quedaría (y la frase no es mía ni la comparto, que el que la dijo tiene una guasa al respecto), en 'mujeres vestidas de nazarenas', no en nazarenas. La mujer debe estar integrada en total igualdad.

Enrique Henares dijo...

Estoy con vosotros, creo que no hay que dar mayor importancia a este tema que la que tiene.

Nada de decretazos, ni de posturas extremas. Si hay una inquietud por parte de un grupo de hermanas se vota y adelante, para algo las hermandades son democráticas desde mucho antes de que lo fuera España.

Hoy el debate es un sinsentido y las hermandades donde aún no se ha planteado son o cotos cerrados, como dice Roberto, o carentes de vida interna y por tanto de inquietud alguna.