domingo, 22 de junio de 2008

¿Cuidamos todo el patrimonio?


Hace unos días hemos podido leer la noticia de la creación de un centro de estudios por parte del Consejo de Cofradías con la ayuda de la Universidad Pablo Olavide y la Real Maestranza de Caballería. El centro tendrá como cometido la "catalogación informática de los extensos fondos bibliográficos que posee la institución cofradiera, y que de esta manera sean conocidos por la ciudad y a disposición de aquellos investigadores que los deseen consultar". Ha coincido con que en fechas recientes el Consejo recibió la cesión del archivo del desaparecido Juan Carrero que a buen seguro guardará magníficos 'tesoros cofrades'.
Sin duda es una magnífica noticia. Pero más allá de ello es algo que se me antoja era necesario desde hace muchísimos años y que, lamentablemente, hasta ahora no ha visto la luz. Esta iniciativa del Consejo debe servir de base para abordar proyectos incluso más ambiciosos. Además del Consejo, las hermandades deben poner en valor todo su patrimonio; pero no todo el patrimonio son bordados y piezas de orfebrería. Sin duda las hermandades tienen un amplio fondo bibliográfico y documental; algunas como los Negritos, el Calvario o la Soledad de San Lorenzo han hecho importantes esfuerzos para su catalogación y enriquecimiento. Pero existen aún muchas que poco o nada
han hecho al respecto, en ocasiones por falta de medios y en otras por desinterés.
En el caso del patrimonio musical sí parece que se ha hecho bastante con la recuperación de marchas olvidadas. Sin duda el maestro Enrique García ha contribuido mucho a ello, especialmente en la recuperación de compositores como el maestro Borrego (del que el primero fue alumno).
Muchas hermandades, Pasión, el Baratillo o el Silencio, atesoran importantes obras pictóricas que es otro aspecto importante y desconocido. Pero su conservación no es siempre la deseable. La misma Soledad busca fondos y medios para la restauración y conservación de Nuestra Señora de Roca Amador, titular de la corporación. También es de destacar las planchas para grabados que algunas hermandades
guardan como los Servitas o la citada del Silencio, que posee además un amplio catálogo de obras de diferentes artistas y que en los últimos años han apostado por la ampliación de su patrimonio pictórico. Una inmensa mayoría de las obras pictóricas lamentablemente están, pero sin duda existen también gracias a ellos, en manos particulares. Qué magnífica muestra se podría montar con obras de García Ramos, Hohenleiter o Santiago Martínez entre otros. Me gustaría citar otros artistas que nos ofrecen visiones de la Semana Santa que muchos sevillanos pueden calificar como heterodoxas, entre ellos al carmonense Juan Lacomba o al italiano Domenico Gnoli (prometo que cuando las localice pondré unas ilustraciones de éste último que, aunque yo considero brillantes, son cuando menos curiosas).
Un campo posiblemente poco explorado, y que debería abordarse por las hermandades, sea el de la fotografía e incluso, por qué no, el del cine. La fotografía de unos años a esta parte es accesible a la mayoría de los cofrades, especialmente con la 'democratización' que ha supuesto la fotografía digital como soporte; pero esas fotografías antiguas del s. XX e incluso del XIX tiene un sabor especial. Fotógrafos como los Arenas, Fernández (no se qué habrá podido ser de su amplio archivo), Garduño o Saenz, que hicieron (y hacen) arte de la fotografía de Semana Santa, sin olvidar a pioneros de la, digamos, proto-fotografía cofrade como fueron González-Nandín o Almela (padre e hijo).
Sobre cine (no me refiero a las mil y una colecciones de video y DVD) se ha hecho poco. Pero algo de calidad hay, y muchas veces 'perdido' en archivos incluso de fuera de España. Se encontró en un archivo de Europa una filmación de la Estrella en 1932. Igualmente también sería interesante conseguir un archivo fonográfico con grabaciones de interés que sin duda las hay.
Esta noticia ha traído a mi memoria otra que apareció el pasado año como iba a ser la creación del Centro de Interpretación o de Estudios y Divulgación de la Semana Santa de Sevilla
que iba a estar ubicado junto a las naves del Barranco a la vera del Puente de Triana y que empezaría a funcionar en la primavera de 2009. A no ser que las obras sean soterradas como las del metro todo ha quedado en agua de borrajas y en fuegos de artificio (qué fácil es la promesa política). Un proyecto quizás demasiado ambicioso y con una orientación eminentemente turística. Pero sobre todo un proyecto sin base donde sustentarse. Espero que este centro de estudios que nace ahora, aunque pueda empezar tímidamente, avance en estos y otros campos que durante años parece han estado un tanto olvidados por parte de las cofradías. Es una herencia muy importante la semilla que siembra el Consejo que termina su gestión en estos días. Lo que hace falta es que el proyecto no se quede en eso, en proyecto, y que podamos ver de aquí a unos años los frutos de una labor que se me antoja más que laboriosa.

lunes, 9 de junio de 2008

Integración femenina

El tema de las mujeres nazarenas es, y lo primero que hago es poner el parche, un tema bastante espinoso. Y si pretendo hacer unas reflexiones sobre el mismo ya soy consciente de que puede que me esté metiendo en un jardín.

La mujer, sin duda, debe tener los mismos derechos en las hermandades. Pero durante muchos años esto no fue así. Es más, aún quedan hermandades de nuestra Semana Santa que no recogen en sus reglas esta posibilidad. Y eso a pesar de que las Normas Diocesanas así lo disponen, pero la postura de nuestro prelado, fray Carlos Amigo, respecto a la implantación de las normas ha sido y es muchas veces ambigua. No se entiende muy bien que se dicten unas normas y que se admitan a trámite para su aprobación unas reglas que no se van a aprobar. No sé si las hermandades demuestran obstinación o una torpeza cercana a la necedad al presentar unas reglas que saben no van a ser aprobadas.

Pero lo que me gustaría cuestionar es si la inclusión de las mujeres nazarenas no ha sido un tema muchas veces manipulado. Dicho de otro modo, ¿se ha utilizado a las nazarenas en el mundo de las hermandades? Yo creo que en más de una ocasión ha sido así.

Mi impresión es que las primeras hermandades que admitieron a las mujeres nazarenas lo hicieron movidas más por incrementar un reducido número de nazarenos que por un afán integrador. Los Javieres, que hacía pocos años que había estrenado palio y necesitaba aumentar su cuerpo de nazarenos, creo puede ser buen ejemplo. Y la Redención, San Esteban o Santa Marta que sin duda han experimentado un desarrollo espectacular en cuanto a los hermanos que visten túnica desde entonces, triplicando el número desde entonces.

Posteriormente casi todas las hermandades (solo casi) han ido admitiendo las mujeres nazarenas, pero creo que en una gran mayoría lo hicieron al ver una posibilidad económica para las mayordomías. Y las que lo han hecho en los últimos años en muchas ocasiones debido a la presión mediática.

En el asunto del recurso de la hermandad del Baratillo creo subyace un punto misógino de quien en aquella época gobernaba la hermandad. Misoginia que subsiste en más de una corporación. Recuerdo que tuve que hacer un ejercicio de fe para creer que cuando se llevó a cabildo el tema en la Quinta Angustia, según se informó, hubo unanimidad en el voto en contra (incluyendo el voto de las mujeres que asistían y participaban). En los últimos tiempos incluso se ha usado como arma electoral entre los candidatos en la hermandad de Pasión (creo que el Sr. Criado ya tuvo ocho años para adaptar sus reglas).

Lamentablemente la inclusión de las nazarenas no ha llevado consigo en la mayoría de los casos una total integración de la mujer en el gobierno de las hermandades. La mayoría de los cargos que han ocupado han sido cargos secundarios (dicho sea sin querer menospreciar a nadie); casi no hemos podido ver una mayordoma o una secretaria. Incluso la primera teniente de hermano mayor que hubo, y que lo fue en las Aguas, conociendo un poco la personalidad del que fue su hermano mayor, el hecho respondió más a un gesto cara al público y con claro interés mediático.

Creo que las hermanas han estado integradas en la vida de las hermandades aunque quizás en otras labores (y no es mi intención que se interprete como un cometario machista). El salir de nazareno es un derecho que no puede serles negado. Lo que sería deseable es que este movimiento integrador no se quede en el derecho a salir de nazarena. Habría que ir más allá y que verdaderamente se integraran en la vida y el gobierno de las hermandades, luchar para que no sea coto cerrado de hombres. Esto no es tarea fácil y las hermandades, que en la mayoría de las ocasiones son reflejo de la sociedad, no lo iban a ser menos en este asunto. Basta que nos planteemos en qué proporción las mujeres ocupan puestos directivos en las empresas. Posiblemente todo caerá por su propio peso con el paso del tiempo, pero no pongamos obstáculos y no dejemos que manipulen o utilicen el asunto.