
Hace unos días hemos podido leer la noticia de la creación de un centro de estudios por parte del Consejo de Cofradías con la ayuda de la Universidad Pablo Olavide y la Real Maestranza de Caballería. El centro tendrá como cometido la "catalogación informática de los extensos fondos bibliográficos que posee la institución cofradiera, y que de esta manera sean conocidos por la ciudad y a disposición de aquellos investigadores que los deseen consultar". Ha coincido con que en fechas recientes el Consejo recibió la cesión del archivo del desaparecido Juan Carrero que a buen seguro guardará magníficos 'tesoros cofrades'.
Sin duda es una magnífica noticia. Pero más allá de ello es algo que se me antoja era necesario desde hace muchísimos años y que, lamentablemente, hasta ahora no ha visto la luz. Esta iniciativa del Consejo debe servir de base para abordar proyectos incluso más ambiciosos. Además del Consejo, las hermandades deben poner en valor todo su patrimonio; pero no todo el patrimonio son bordados y piezas de orfebrería. Sin duda las hermandades tienen un amplio fondo bibliográfico y documental; algunas como los Negritos, el Calvario o la Soledad de San Lorenzo han hecho importantes esfuerzos para su catalogación y enriquecimiento. Pero existen aún muchas que poco o nada han hecho al respecto, en ocasiones por falta de medios y en otras por desinterés.
En el caso del patrimonio musical sí parece que se ha hecho bastante con la recuperación de marchas olvidadas. Sin duda el maestro Enrique García ha contribuido mucho a ello, especialmente en la recuperación de compositores como el maestro Borrego (del que el primero fue alumno).
Muchas hermandades, Pasión, el Baratillo o el Silencio, atesoran importantes obras pictóricas que es otro aspecto importante y desconocido. Pero su conservación no es siempre la deseable. La misma Soledad busca fondos y medios para la restauración y conservación de Nuestra Señora de Roca Amador, titular de la corporación. También es de destacar las planchas para grabados que algunas hermandades guardan como los Servitas o la citada del Silencio, que posee además un amplio catálogo de obras de diferentes artistas y que en los últimos años han apostado por la ampliación de su patrimonio pictórico. Una inmensa mayoría de las obras pictóricas lamentablemente están, pero sin duda existen también gracias a ellos, en manos particulares. Qué magnífica muestra se podría montar con obras de García Ramos, Hohenleiter o Santiago Martínez entre otros. Me gustaría citar otros artistas que nos ofrecen visiones de la Semana Santa que muchos sevillanos pueden calificar como heterodoxas, entre ellos al carmonense Juan Lacomba o al italiano Domenico Gnoli (prometo que cuando las localice pondré unas ilustraciones de éste último que, aunque yo considero brillantes, son cuando menos curiosas).
Un campo posiblemente poco explorado, y que debería abordarse por las hermandades, sea el de la fotografía e incluso, por qué no, el del cine. La fotografía de unos años a esta parte es accesible a la mayoría de los cofrades, especialmente con la 'democratización' que ha supuesto la fotografía digital como soporte; pero esas fotografías antiguas del s. XX e incluso del XIX tiene un sabor especial. Fotógrafos como los Arenas, Fernández (no se qué habrá podido ser de su amplio archivo), Garduño o Saenz, que hicieron (y hacen) arte de la fotografía de Semana Santa, sin olvidar a pioneros de la, digamos, proto-fotografía cofrade como fueron González-Nandín o Almela (padre e hijo).
Sobre cine (no me refiero a las mil y una colecciones de video y DVD) se ha hecho poco. Pero algo de calidad hay, y muchas veces 'perdido' en archivos incluso de fuera de España. Se encontró en un archivo de Europa una filmación de la Estrella en 1932. Igualmente también sería interesante conseguir un archivo fonográfico con grabaciones de interés que sin duda las hay.
Esta noticia ha traído a mi memoria otra que apareció el pasado año como iba a ser la creación del Centro de Interpretación o de Estudios y Divulgación de la Semana Santa de Sevilla que iba a estar ubicado junto a las naves del Barranco a la vera del Puente de Triana y que empezaría a funcionar en la primavera de 2009. A no ser que las obras sean soterradas como las del metro todo ha quedado en agua de borrajas y en fuegos de artificio (qué fácil es la promesa política). Un proyecto quizás demasiado ambicioso y con una orientación eminentemente turística. Pero sobre todo un proyecto sin base donde sustentarse. Espero que este centro de estudios que nace ahora, aunque pueda empezar tímidamente, avance en estos y otros campos que durante años parece han estado un tanto olvidados por parte de las cofradías. Es una herencia muy importante la semilla que siembra el Consejo que termina su gestión en estos días. Lo que hace falta es que el proyecto no se quede en eso, en proyecto, y que podamos ver de aquí a unos años los frutos de una labor que se me antoja más que laboriosa.